miércoles, 26 de noviembre de 2008

V

Deseo…


Llevábamos ya dos noches sin detenernos (a excepción del día), pero la ultima noche fue muy calurosa, y era de suponer ya que el verano había comenzado hacia una semana y se estaba haciendo notar, por suerte tuvimos nuestra salvación un lago cercano al bosque era inmensamente grande y hermoso reflejaba la luna y el cielo despejado, entonces lo decidí dejaríamos nuestra caminata hasta ahí y descansaríamos por hoy, lo que puso muy contento a Yoru ya que se encontraba algo molesto por no saber el motivo del viaje y por el calor que reinaba.

-- Sho – sensei… ¿quiere ir al lago? – me pregunto esbozando una sonrisa.

-- Umm… pues… no lo se… - bostezando.

-- Ande diga que si… -- comenzó a jalarme de un brazo para que me levantara.

-- ¿Y para que quieres que vaya?

-- Es que quiero bañarme contigo… -- me miro de forma maliciosa.

-- ¿Ha? – realmente a veces me daban miedo las palabras que utilizaba Yoru para pedirme algo… parecía que el pendejo me acosaba… (Y no solo con palabras) mas de alguna vez lo encontré a menos de 10 centímetros de mi mientras yo dormía -- ¿qué estas insinuando? – le pregunte de manera algo molesta.

-- Yo solo le estoy pidiendo que nos metamos juntos al lago… -- sonrío de tal manera que no parecía que segundos antes me hubiera dicho tales palabras…

-- Haa… -- suspire – esta bien… solo espera a que deje estas cosas aquí – finalmente accedí a su “petición”.

-- Bien – dirigiéndose al lago – le espero allá.

-- Ok, ok… -- deje mis cosas en el suelo junto a un árbol y mire los alrededores realmente era un lugar hermoso… suspire y acto seguido me dirigí al lago…


No podría decir si lo que sucedería me condenaría a una “vida” de estupidez o seria el fin de mi larga soledad…

Pero… ya había sucedido… llegue al lago y solo vi una silueta
hermosa… dentro de este… al principio quede boquiabierto luego solo trague saliva me quite mis prendas y me sumergí en aquellas calidas aguas… al salir mire a todo lados, pero Yoru no estaba… se había esfumado… no le tome importancia al asunto ya que el pendejo siempre se me desaparecía, pero al cabo de unas horas volvía y ya era una costumbre…

Bueno solo busque un lugar menos profundo para apoyar mi pies y ahí me quede como hipnotizado mirando aquella luna presente, no me preocupaba nada mas… estaba en “otro mundo” hasta que me sacaron de golpe de el… ¿cómo? un par de brazos me rodearon por la cintura y me tiraron de espaldas al agua…

-- ¡¡¡Haa!!!... -- Salí del agua para lograr tomarme un respiro – Yoru ¿qué crees que haces? -- dije en el momento que sentí nuevamente sus brazos rodeándome por la cintura.

-- Lo que deseo… -- apego su cuerpo al mío – Sensei… quiero ser como usted… deseo… ser como usted…

-- Ya te he dicho que no… -- zafándome de su abrazo y dirigiéndome a la orilla – No pienso condenarte a vivir como yo lo hago…

-- ¡¡Maldición!! – siguiendo mis pasos – solo dígame por que…

-- Llegando a la orilla recojo mi camisa y me cubro la espalda -- ¡¿Cuántas veces quieres que te lo repita?!... crees que vivir de la vida de los demás a mi edad es fácil… ¿qué te hace pensar que a tu edad seria mucho mas fácil? – me gire completamente para verle a la cara mientras le decía aquellas palabras, pero solo me quede observándole…

-- Porque usted estará conmigo… -- luego solo se acerco… y… lamió
mi estomago… -- Yo quiero estar… contigo…

-- Termine cediendo a sus palabras, mejor dicho… no podía rechazarle (debía de admitir que el pendejo me atraía), tome su rostro entre mis manos y le bese profundamente – Por el momento solo puedo ofrecerte esto… lo demás lo decidirás tu cuando tengas la edad suficiente, por ahora eres muy joven… para ser vampiro.

-- Déjeme ver si entiendo… -- mientras se dejaba recostar en la arena – soy joven para ser vampiro… pero tengo edad suficiente para dejarme follar…

-- No me vengas con esas palabras – sonreí mientras besaba su cuerpo -- ¿crees que no me había dado cuenta de lo que buscabas… o crees que es normal que te me acercaras tanto mientras dormía?

-- Pues no, claro que no es normal… -- suspiro al sentir mi respiración en su vientre – al… igual que usted…

-- ¿Dices que no soy normal? – sonrío y muerdo suavemente su piel…

-- ¿Qué acaso lo es…? – Me susurró, mientras aprovechó aquel momento y descendió su mano a mi entrepierna – jeje…

-- Mira… el pendejo… -- le observé sonreír y seguidamente le bese sus labios – ¿de donde has sacado cosas así? – Mordí suavemente su labio inferior para que así saliese un pequeño brote de sangre – yo no te críe de esa forma – sonreí para luego tomar de sus brazos y posicionarlos por sobre su cabeza.

-- Hay cosas que desconocemos de nosotros mismos ¿no? – me dijo en un tono casi sarcástico (casi, porque al darse cuenta que sostenía sus brazos sin dejarle posibilidad de que se moviera a su antojo cambio de inmediato su expresión) -- ¿Qué… haces? -- perplejo.

-- Controlarte ¿que no ves? -- reí de una forma tal que parecía un desquiciado (maldición)

-- Vaya… eso es trampa… -- no pudo evitar sonrojarse ante mi acción y rápidamente desvío su mirada hacia un lado…

-- Y, ¿Dónde quedo el chico de hace unos momentos? – me burle de él golpeando suavemente su nariz con mis dedos.
-- Aun esta aquí – rió malicioso algo que no me esperaba en su situación (pero como supondría lo que haría) – y no planea irse – con uno de sus pies comenzó a rozar mi entrepierna.

-- Mmm... Crío… miserable si realmente quieres jugar, jugaremos… no tendré compasión – de mi mano libre extendí dos de mis dedos y los introduje a su boca para así humedecerlos, acto seguido los descendí hasta su entrada entrando ambos hasta el tope de la mano (nunca espere algo así de mi), lo que escuche luego ciertamente fue un gusto.

-- ¡Ah…! – Su grito fue en un breve instante alto, pero rápidamente lo apago para articular palabra – y… quien te… ha pedido compasión

-- Eres realmente extraño… -- a causa de mi acción el rose que había provocado ceso

-- ¿Qué… acaso no entiendes…? – respiraba agitado ya que mis dedos entraban y salían de su entrada.

-- Entender ¿Qué? – le mire desconcertado

-- No quiero… que juegues… -- se pausaba para poder tomar aliento – quiero que me tomes enserio…

-- ¿Enserio? – Repetí anonadado -- no voy a negar… que me atraes bastante… pero tomarte enserio -- reí (realmente no decía la verdad ni siquiera sabia por que le hablaba de forma tan dura)

-- Entonces… ¿Por qué lo hace? -- a pesar de ser ciertamente un chico bastante fuerte no pudo evitar que sus ojos se humedecieran (realmente le habrán dañado mis palabras)

-- ¿No es lo que querías?... -- saque mi mano de su entrada y separe sus piernas con la misma -- ya te dije: tú me atraes bastaste, así…

-- ¿Qué piensa hacer? -- Intentaba desesperadamente zafarse al comprender lo que haría -- ya detente.

-- ¿Perdimos el respeto?... -- tome mi sexo y lo acerque a su entrada para así introducirlo lentamente -- no pienso perder esta oportunidad… Yoru – chan -- comencé a moverme suavemente.
-- ¿Como… hm… quiere que le respete… ah… si me… esta forzando? – su cuerpo se mostraba demasiado tenso (yo por mi parte no sabia que mierda era lo que estaba haciendo cuando era pequeño le cuide tanto y ahora…)


Cabe la posibilidad de que algo hermoso termine de una forma horrible ¿o no?

¿Crees que hay acciones en nosotros mismos que podemos controlar, o es más fuerte la curiosidad de saber que pasa si los dejamos fluir?

¿Cuántas veces te has sentido culpable por dañar a alguien?

¿Se lo merecía?

¿Cuántas veces te has sentido bien de dañar a alguien?

¿Se lo merecía?

Contesta…

martes, 30 de septiembre de 2008

IV

Calidez…


El bullicio de la gente era realmente molesto, caminaba por las calles atestadas de personas que hablaban de sus problemas, que se burlaban de las desgracias de los demás sin darse cuenta que ellos mismos vivían una desgracia. Fue el caso de una mujer que me tope, mostraba a quienes le conocían un mundo en donde tenia un esposo, y la espera de un niño en camino, eran “felices” juntos… apariencias… solo eso… su marido (frente a los demás) solo la acogió como una desdichada mujer preñada de quien sabe… sacándole en cara eso cada vez que ella preguntaba si aceptaría al niño…

Aun así paresia amarlo… fue eso… lo que me molesto, les odie…
Los estuve observando todo el tiempo… todo el tiempo hasta el día del parto… antes de eso aquella mujer nunca contó del bebé a los demás y cuando se hacia notar ella no salio mas de casa…

Fue una fría tarde de Abril cuando la mujer comenzó con dolores, pensé que seria llevada a un hospital para dar a luz… pero solo la dejaron ahí… llamaron a una enfermera que luego la asistió en el parto… (De cierta forma fue horrible, aquellos gritos, toda esa sangre, desesperante pero me contuve) hasta que nació. Pero ella ni siquiera lo quiso ver, él mucho menos solo extendió un fajo de billetes a la enfermera y le dijo algo que no comprendí, bueno solo hasta que esta tomo al niño entre sus brazos, fue ahí que lo entendí.

La enfermera salio de la casa con el niño entre sus brazos y se alejo, decidí seguirle hasta la plaza, donde dejo al niño en una banca, pretendía marcharse, marcharse y dejarle ahí a su suerte fue lo que no contuvo mi ira (no quise contenerla), camine a su espalda la tome por el hombro y la voltee…

-- ¡¿Quién te crees que eres?! – dije en un tono descontrolado.
-- Eso no te incumbe – me respondió con una sonrisa – si no lo quieres ver ahí hazte tu cargo de él… -- y se marcho sin mas…

Pretendía matarle (después de todo el tiempo que había trascurrido desde la desaparición de Haruka había asesinado a 3 personas mas o menos por diferentes razones) sin embargo un llanto me contuvo (distrajo) y desapareció en la oscura noche que se hizo presente, me acerque al niño… era hermoso… lo tome entre mis brazos y sentí una extraña atracción hacia él (y creo que él también lo sintió así porque al instante se silencio)

***

-- ¿Qué crees que haces ahí arriba?
-- Miro la luna – me contesto sin dejar de ver el cielo
-- Vaya – suspiro -- ¿y que tiene de especial?
-- Pues dígame usted – me miro esperando respuesta
-- ¿Por qué tendría que saberlo? – le mire de reojo
-- Pues… porque ha tenido mas noches para observarla
-- ¿A qué te refieres? – le pregunte
-- A qué Sho - sensei es mucho mas viejo que yo – se hecho a reír
-- Ahora veremos si continuas riéndote después de esto – golpee el árbol en el que se encontraba logrando que se tambaleara y que la rama en la que se encontraba se quebrase cayendo al suelo
-- Auch… -- se quejo – no es justo Ud. tiene mas fuerza… -- no termino la frase
-- Le di de coscorrones – ¿cómo que viejo? pendejo miserable
-- Auch, auch…-- paso una de sus piernas bajo mi pies tirándome al suelo, se levanto y me saco la lengua -- viejo… viejo… -- y hecho a correr…
-- ¡¡¡Yoru!!! – me levante y le seguí -- ¡¡Yoru!! regresa aquí…
-- ¡¡ NOOO…!! de seguro si regreso me golpea…

Ya 17 años habían pasado, desde que lo recogí del parque en el que aquella enfermera le abandonó, aunque estuve en muchas ocasiones decidido a abandonarle al cuidado de otros, en algún orfanato o casa no pude (debía admitirlo me había encariñado con el pendejo). Decidí darle un nombre y le críe, cuando tubo edad suficiente le conté que paso con él, lo que era yo y como serian las cosas para él, le di la oportunidad de que se marchara y buscara una familia que le aceptase, que fuera a la escuela y no tuviera que mantenerse despierto como yo en las noches para movilizarse. Aun así no acepto, decidió quedarse a mi lado y aprender como vivía… decía que le gustaba esa forma de vida…
y aquí esta ahora TRATÁNDOME COMO UN VIEJO… aunque sabia que lo hacia para fastidiar…
-- Je jeje… -- le tome por el cuello de la camisa – ya te he alcanzado
-- Rayos… -- intento escapar pero solo logró que ambos cayéramos al suelo – lo siento… ¿Sho – sensei? – me encontraba sobre Yoru, no me había dado cuenta hasta entonces el parecido que tenía a Haruka salvo porque el era un chico y su cabello era mas corto eran iguales; cabello negro contrastando con su blanca piel y esos ojos violeta… era hermoso… -- ¿Sho – sensei?... me asusta…
-- Ha lo siento – nervioso – pensaba en algo... -- levantándome – es mejor que vaya a comer…
-- Espere… -- tomándome del brazo – yo… nunca le había dicho… que me asusta… estar solo… -- sonrojado – ¿puedo acompañarle?
-- Sonrío – realmente hace mucho que quería llevarte, me alegra oírlo de tu boca -- tomo su mano para ayudarle a levantarse – ¿vamos? hoy sabrás como me alimento
-- Es… emocionante – sonrió…

Recuerdo...

sábado, 16 de agosto de 2008

III

Recuerdo…


Llegamos a casa y fue justo como lo esperaba, Haruka comenzó a actuar de forma extraña, cubrió ambos oídos con sus manos y miro al piso sin pronunciar palabra… no fue necesario preguntar, era más que obvio que acababa de recordar lo que paso en aquel lugar, la pregunta para mi ahora era: ¿Cómo cortar este silencio que se ha producido?, quizás intentar acercarme a ella y tocar su hombro o tan solo sacarla de ese estado con las palabras… cualquiera fuera la opción debía de hacerlo pero ¿Cómo saber su reacción? tal vez salga de control o solo me mire… debía arriesgarme pasara lo que pasara:

-- ¿Te encuentras bien? – me acerque preguntando mientras colocaba una de mis manos en su hombro (a pesar de estar muerta la pude tocar, no pregunten como, porque ni yo sabría responder a eso solo lo hice)
-- ¡¿QUE ME HICIERON?! -- Golpeo mi mano quitándola de forma brusca y rápidamente de su hombro -- ¿por… que? – hecho a llorar como una niña pequeña luego de quedar sola en el mundo.
-- Había tratado de mostrarme tranquilo, después de todo no sabia
lo que ella haría y el miedo que sentía por dentro no me dejaba hablarle como quizás lo hice hace años… después de todo ante sus ojos había quedado como un sanguinario asesino, aunque hubiera sido por defenderla, eso no cambiaba nada – No podría explicar lo que paso aquella noche… no sabes como han sido para mi estos largos años, sintiendo que pude evitar todo esto – decía con tono tembloroso, ¿como podía expresarle lo que sentía por dentro?
-- Podía… -- tomo un suspiro para calmar su llanto y luego prosiguió -- podía recordar toda mi vida, a todas las personas que conocía… prácticamente como si aun estuviera viva, lo único que no recordaba era el momento en el que morí, lo que paso antes de abrir los ojos en aquel parque…
-- ¿Cuántas veces te dije que me importabas?, ¿cuantas veces intente que no tomaras mis palabras como un juego? – me era doloroso recordar aquellas palabras: “Estas equivocado con lo que dices, para mi solo serás…” – Solo vivías prendida de las acciones y palabras de mi hermano… -- La rabia fue demasiado grande sin contenerme lance un grito seguido de algunas lagrimas -- ¡¡ LO ÚNICO QUE HIZO AQUEL IMBÉCIL FUE LLEVARTE A LA MUERTE…!! ¿Acaso eso era lo que buscabas?, sabias que el era un problema hasta para nuestro padres…
-- ¿Crees que si te hubiera hecho caso aquello cambiaria? – me miro de una forma profunda
-- No lo se, cualquier cosa habría sido mejor que esto… -- realmente ahora lloraba como un crío, luego cambio su semblante y miro dulcemente mi rostro empapado
-- Pues creo que si… debí de haber hecho caso de tus advertencias… lo siento – agacho su cabeza para disculparse -- toco nuevamente mi rostro – realmente es extraño tocar aunque no siento nada…
-- Seque mis lágrimas – aun así ciento una pequeñas calidez…-- Te prometo encontrar la forma de que regreses… -- le sonreí rogando por que aquella promesa se haga realidad
-- Si es así… -- y su cuerpo desvaneció ante mis ojos…

No sabía que era lo que estaba pasando, de pronto y sin mas Haruka desapareció, como una ilusión, no fue delirio ni jugarreta de mi mete, porque aquella calidez permanecía, aun así debía encontrar respuestas… a donde fue, que le ha sucedido… porque no quiero… perderte de nuevo…

“Tu cuerpo fue golpeado, cortado
y abusado ante mis ojos
sin poder hacen nada,
llene mis manos
de sangre
intentando defenderte,
aun así
de mi solo observaste
a un asesino.
A pesar de aquello
de intentarlo
tu muerte te arrastro
a ti a la soledad,
y a mí al delirio de perderte
condenado en esta oscuridad”

Esperanza...

miércoles, 30 de julio de 2008

II

Esperanza…


Este era una de las épocas del año favoritas para mí, la razón, las nubes tapaban la intensidad de la luz solar… y oscurecía mucho antes, así que mis paseos podían ser más “temprano” de lo normal...

Me llamo Sho… Uboshita Sho Fui castigado de cierta forma por el destino si es que este existe… ¿por qué?, simple, hace algunos años mate a mi hermano mayor, ¿la razón? destruyo la vida de una joven… una joven a la que pude llegar a amar… sin embargo, él lo destruyó todo, acabo con ella… de una forma horrible, su cuerpo, su sonrisa, aquellas marcas, marcas que finalmente le provocaron la muerte hace algunos años…

Después de todo éramos aun unos niños… no pude verla… porque solo vería en mi aquel rostro… el rostro de un asesino que solo quiso defenderla… pero que al fin y al cabo logro destruirla a ella y a su sangre… ¿Qué paso?, finalmente lo mate… de una forma horrible (simplemente reventé su cabeza a martillazos) por eso habría preferido que no lo viera, aquella noche salí de control… pero… ¿Qué mas podía hacer yo? mi hermano tocaba y golpeaba brutalmente el cuerpo de la chica que adoraba…

Ella ahora esta muerta… no hay vuelta atrás. Yo, no podré lograr verla estoy condenado a vivir largo tiempo en este mundo… solo…
Viendo solamente la luz en momentos como este. Para mi: “En la oscuridad y en la luz: sangre”

Comenzó a correr una fuerte brisa típica en esta época, pero no me quise ir, quería continuar caminando hasta que ocurrió… al llegar a una vieja plaza donde tuve mis más anhelados recuerdos de infancia, donde fui feliz, justo ahí yacía una joven hermosa de especto familiar sentada en uno de los columpios, se veía triste y sola, sola como yo… sentí deseos de acercarme así que lo hice, la mire, aquel cabello… el color de su piel estaba tan pálido como la mía, tome un respiro y pregunte:

-- ¿Qué hace una chica como tu sola aquí?
-- Por su tono de voz se mostró sorprendida – Acaso, ¿puedes verme? – alzó su mirada y pude verlos, aquellos hermosos ojos de un color violeta bajo su lago cabello negro sin duda no la olvidaría, estaba frente a mi o ¿quizás podía ser el efecto de aquella luz solar la que me había afectado?
-- Haru… ka – mi tono resultaba algo lento y entre cortado después de todo ¿qué habrías hecho tu si de pronto te encuentras con la persona que has amado sabiendo que esta muerta?, ¿no se te cortaría la voz? si dices que no, lo dudare ya que es una situación realmente impactarte (y no lo niegues)
-- Sho… ¿por qué puedes verme?, ¿fuiste tu quien me llamo todo este tiempo? – no sabia que decir ella conocía su estado, sabia que no existía ya aquí – ¿sabes? estar muerto y no poder estar en algún lugar con alguien que te vea te desespera realmente, sobre todo si no recuerdas lo que te paso – me sonrío con dolor.
-- ¿Cuánto tiempo llevas vagando? – pregunte, realmente fue lo único que se me ocurrió en aquel momento.
-- ¿Cuánto tiempo llevo muerta? – respondió con otra pregunta siempre lo hacia ni aun muerta había dejado aquella manía.
-- Suspire – ya son… -- no quería responderle, pero aun así lo hice – 20 años…
-- Así que 20… -- me miro de reojo – Sho…
-- ¿Umm? – sabia lo que me preguntaría: “si ya han pasado 20 años, ¿por qué mantienes tu cuerpo como la ultima vez que te vi? a estas alturas deberías tener al menos unos 44…” – ¿Qué sucede?
-- Y pregunto -- si ya han pasado 20 años, ¿por qué mantienes tu cuerpo como la ultima vez que te vi?, a estas alturas deberías tener al menos unos 44 años
-- bien… -- ¿como responder? – solo te diré una cosa… vivo de noche de cierta forma ya no existo…
-- pero aun así te ven…-- me dijo en un tono algo molesto – joder no es justo…
-- Realmente esto es un castigo… horrible – y sin más… cambie el tema… -- ¿quieres venir a casa conmigo? – sonreí…
-- si, gracias… -- se levanto y me siguió.

Hasta ahora no había dicho nada de aquella noche ¿la habrá olvidado?, si llegamos a casa quizás lo recordara… recordará aquel infierno que vivimos… sobre todo ella… no quiero que eso suceda al menos no ahora…

In the Darkness , with Light : BLOOD

lunes, 28 de julio de 2008


I

Soledad...

¿Hay veces en las que quisieras morir?, o ¿estar solo (a)? el estar en el mundo… ¿creen que al morir desapareces? pues no lo haces… ¿sabes como me siento yo?, no lo sabes, caminando por este mundo, tratando de cruzar palabras, viendo cosas sin poder hacer nada…

No estoy… no puedo tocar cuando quiero… no puedo hablar con nadie, si camino… nadie me verá, si veo algo horrible nadie lo sabrá, ¿Por qué?, porque mi cuerpo no esta conmigo… solo yo se que estoy… que siento… que pienso… solo yo en un mundo lleno de gente pero sin nadie…

Recuerdo que desperté… en un parque cerca de casa… la casa en la que solo yo vivía… mientras caminaba casi fui arrollada por un automóvil, pero para mi sorpresa… no me ha pasado nada… no me vio… porque no estoy en este mundo… al menos mi cuerpo ahora no me acompaña…

No recuerdo que me paso… en que tiempo de mi vida (si es que alguna vez tuve vida) morí… no se como paso… solo recuerdo mi nombre: Haruka Ayashi, mi edad: creo que 20, el lugar donde vivía, se que no tengo ya mi familia… los he visto morir a todos sin que pudiera despedirme… ver como moría cada uno de ellos y no poder decir: “Estoy contigo… papá… mamá…” , realmente doloroso… sin embargo… dentro de toda esta soledad… escucho una voz, alguien que me llama por mi nombre… no se quien es… solo espero que exista, que me ayude, o que simplemente me vea…

Continúe caminando por la misma calle de siempre donde había abierto los ojos, en aquel parque. Me senté en uno de los columpios a tratar de saber la razón… como terminar con todo eso, si era mi realidad, o la pesadilla más horrible de mi existencia. La tarde ya se hacia mas intensa… solo estaba yo ahí sola, todos fueron a sus casas… con sus hijos o sus parejas… con sus padres… quien sabe… pero yo aun estaba ahí. El cielo se torno de un violeta hermoso ya que era época de otoño y la poca luz del sol que quedaba a esa hora se colaba por las nubes negras de la estación, sola hasta que…