Fortaleciendo Alianza Ruso-China

lunes, 6 de diciembre de 2010

Hetalia por supuesto que no me pertenece u_u

Este es un fic que salio n conjunto por MSN con una amiga XD... me encanto como quedo... ojala les guste a ustedes.

Resumen: Un romance entre dos naciones que queda inconcluso... ¿que pasara despues de varios años de no verse?
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-- ¡Aléjate de mi ARU! -- y China se huye.

--... es divertido ver tu rostro aterrorizado China... da...

-- No te me acerques Aru...

-- Más cerca -– ju… -- sonríe.

-- Que no, ¡Rusia aléjate, aru!

-- Pero China... ¿acaso no te gustan los pandas?... yo soy un panda... -- se acerca más.

--... Ahm... no, tú no eres un panda -- debajo de la mesa.

-- Ju... te encontré da... -- se agacho bajo la mesa sonriéndole, con una de sus manos la toma y la manda a volar.

--... ¡MALDITO QUE CREES QUE HACES!, esa mesa la hice yo -- fue a recoger los restos-

-- Rusia apareció por su espalda rodeándole con sus brazos dejándole sin salida -- China eres cruel da... ni siquiera permites que me acerque... y te importa una mesa más que yo... -- susurro en su oído.

-- Por supuesto... esta mesa es preciada... y tú la destruyes como si nada -- dijo cabizbajo -- A-Además, porque tendría... -- se dio media vuelta en los brazos de Rusia -- Ya no importa, solo no vuelvas a romper mis cosas...

-- Sonrió como si fuese un niño -- tendré más cuidado... -- beso sus labios -- pero no huyas de mi ¿sí?...

-- Pero siempre que me atrapas me haces cosas pervertidas, es como si fuera solo un objeto sexual para ti -- hizo un puchero mirando sus ojos.

-- ¿Ha?... ¿yo?... es solo... que deseo mantenerte conmigo... ju... -- volvió a sonreír -- quiero que me des tu calor Yao...

-- Ah... Iván, pero no todo es sexo... t-tu... lo sabes ¿no? -- se sonrojo un poco mirando el pecho de este y luego besando sus labios -- ya suéltame…

-- Pero Yao... tu eres quien me obliga a terminar así... da... -- lo aprieta mas a su cuerpo -- resistiéndote... de esa forma... terminas provocándome...

-- ¿Y qué quieres que haga, que te lo de todo así como así? -- hizo un puchero y frunció el entrecejo -- suéltame Iván, Kiku está en la casa.

-- ¿Te preocupa que nos vea?... -- se borro por unos momentos la sonrisa de sus labios y miro hacia el frente -- pero... creo que es un poco tarde -- le soltó poniéndose de pie, se acercaba al chico de cabellos negros parado frente a estos -- bien... China... entonces volveré en otro momento... -- no dejaría que nadie viera que aquellas palabras se habían clavado en su pecho con profundidad...

-- Ah... -- miró hacia el suelo observando como la espalda de Iván se alejaba entre la nieve por el invierno que emancipaba el lugar. Tomo en brazos al pequeño Kiku -- ¡IVÁN! -- trato de alcanzarlo mientras corría con el niño en brazos -- Iván... ¿por qué no te quedas a cenar? -- miro hacia un lado sonrojado, por la corrida y por la persona que amaba.

-- Gracias... Yao... -- sonrió -- pero creo que a Kiku no le agrado... -- miraba al pequeño en brazos de Yao -- además... deje algunas cosas inconclusas es casa... pero... tal vez venga en otro momento...

-- Sintió que su corazón se rompía cuando le rechazó y solo bajó mas la cabeza -- E-Esta bien... nos vemos -- lo tomo con su mano libre por la bufanda y le robo un beso -- nos vemos… -- Sonrió y corrió con Kiku en brazos -- ¡QUE NO SE TE OLVIDE, VENDRAS!

-- Sonrió unos momentos observando como este se alejaba pero aquella sonrisa estaba llena de dolor.


Sin darse cuenta pasaron varios años, Kiku inclusive se había separado del lado de Yao, en medio de tantos problemas para ambas naciones se reencontraron en una de las reuniones junto a los demás países.
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Nuevamente hacia frio, tenía una bufanda y se tapaba las orejas con un gorrito, definitivamente la navidad se acercaba, y el frio llegaba con ella.
De pronto vio a todo el mundo sentado, y se sentó al lado de quien le tocaba en esa reunión, Rusia.
No le hablo nunca más en su vida, porque al final, nunca le ayudo, ni con Kiku, ni con nada en los tiempos de crisis, estaba profundamente dolido con el ruso.
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No era como si fuera bien recibido en aquel lugar, ya eran tiempos modernos las guerras entre los países habían cesado, pero aun estaba el miedo de los demás hacia él, el odio en sus miradas tontamente disimuladas, exceptuando a algunos que definitivamente y a pesar de todo no reflejaban odio en sus miradas, había asistido a aquel lugar porque solo deseaba sentirse menos solo de lo que siempre había estado, desde la última vez que había estado junto a China.
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Estaba en silencio al lado del otro, ignorándolo rotundamente, no quería ni siquiera mirarlo, mientras se reía un poco de las actitudes de los demás, mirando las escenas en silencio, y miraba de reojo a Kiku, quien estaba igual de callado que el.
-- Bueno, opino que quizás en vez de poner más represas eléctricas, debamos plantar mas, la flora y fauna es una cosa que estamos extinguiendo, y no creo que sea necesario poner más de esas cosas que solo destruyen nuestro animales.
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Ahí estaba escuchándole sonriendo mientras que por dentro su corazón se alteraba cada vez que escuchaba su voz, sabia a la perfección que Yao le odiaba más que nunca, pero también sabia que no lo había hecho con ese propósito, todas las guerras en las que se involucraron, todos los problemas internos con su gente, le habían mantenido alejado y solo por mucho tiempo sin darse cuenta que el tiempo pasaba frente a sus ojos sin poder hacer nada.
-- Hey Rusia... ¿qué opinas de la idea que ha dado China? -- pregunto como siempre Alemania tratando de mantener el asunto antes que se desviara. -- Tu siempre estas ahí callado sonriendo pero muy raras veces escuchamos tu opinión, ahora dinos que piensas.

-- ¿Yo? Yo... pienso que no es una mala idea da... -- y ahí estaba nuevamente esa sonrisa, con una voz y actitud de un niño -- dedicarnos a restaurar en lo más posible lo que destruimos como países es bueno... aunque en casa es muy difícil que de den algunas plantas por el frio, hay animales y vegetaciones que logran sobrevivir... ju...

-- Aun así tu país puede tener vegetación -- después de mucho tiempo le dedico la palabra, aun así, sin mirarle a la cara - Si no quieres participar, entonces pueden cooperar los países que pueden, como Latinoamérica y los demás... Grecia también -- Sonriéndole al resto.

-- Hey Rusia... ¿qué opinas de la idea que ha dado China? -- pregunto como siempre Alemania tratando de mantener el asunto antes que se desviara. -- Tu siempre estás ahí callado sonriendo pero muy raras veces escuchamos tu opinión, ahora dinos que piensas.

-- Ya esperaba una respuesta como esa de parte de China... -- sonreía -- seria divertido participar de esto, así que lo haré... además disfruto de plantar flores en casa.... -- eso ultimo nadie se lo espero, y es que no podían tener una imagen del cruel Rusia disfrutando de enterrar semillas, aun así muchos de los países trataron de hacerse una imagen mental.

-- Yao lo miro sorprendido, y luego se levanto - disculpen, necesito unos minutos -- Se disculpo y se largo al baño, necesitaba mojarse el rostro, todo ese tema con Rusia lo estaba martirizando.

Una vez China se hubo marchado, comenzó el show entre países, hablando tonterías y peleando por nada, al final la reunión se había dado por terminada como siempre pero esta vez, acordando plantar en parejas en casa de uno y luego en la del otro. Para cuando China volvió solo estaba Alemania y Rusia en el salón, el rubio le informo de lo acordado y que todas las parejas ya se habían formado por lo que Rusia trabajaría con él.

-- Ah... me da igual - Dijo al aire - Si la reunión ha terminado, me iré - Se dio media vuelta, no se quedaría a charlar

-- Hey~ China... no hemos acordado que casa visitara quien primero... -- decía mientras se ponía de pie y le daba alcance.

-- Me da igual -- dijo sin más caminando mas rápido para que Iván no le alcanzara -- tu casa o la mía, da igual…

-- ¿He?... -- sonrió y apresuro el paso para alcanzarlo nuevamente -- pues entonces ve a mi casa... tengo varias semillas y algunas plantas...

-- Bien... -- frunció el ceño -- iré el sábado a las 2, nos vemos -- Se fue finalmente corriendo, huyendo, siempre huyendo de Iván.

-- Y ahí estaba de nuevo, con las personas huyendo de él, dejando de mostrar aquella sonrisa, mordiendo suavemente su labio inferior -- no hay nada que hacer...

El sábado se apresuro en llegar, y ese día Yao se demoró dos horas en aparecer en casa de Iván, en ese palacio que casi le daba escalofríos.

-- ¡Estoy aquí!

-- La puerta la abrió un Ruso lleno de tierra hasta la cara, con una sonrisa -- ha China... he empezado antes, ya que creí que no vendrías da... -- le dejo pasar, su casa estaba muy vieja y varias zonas estaban dañadas, pero sobre todo, el eco de sus voces, y sus pasos daban a entender lo vacía que estaba.

-- Sintió que el estomago se le revolvía al estar allí, tanto que tuvo que tocarlo antes de pasar, y con una mueca en su rostro lo miró. Era el mismo, el mismo solitario niño con el que jugaba en su infancia -- Iván, voltéate…

-- ¿Eh? -- giro primero su rostro para luego observarlo -- ¿qué sucede China? -- luego le siguió su cuerpo mientras le observaba con preocupación.

-- Acercó la bufanda sucia del ruso y le limpio el rostro con su manga, estando muy cerca de sus labios, aun así sin darse cuenta de ello. -- ¿Hasta cuando dejaras de actuar como un niño?, siempre estas ensuciándote de esta forma...

-- La mirada de Iván no pudo evitar mostrarse sorprendida, pero corto el contacto de sus ojos rápidamente una vez Yao hubo limpiado su rostro. Dolía, dolía profundamente y sentía que no lo podría ocultar, se mantenía en silencio apartando su rostro de la mirada de China -- es algo que no podre dejar atrás... -- continuo con sus pasos conduciendo a ambos al patio del dueño de casa.

-- Yao sintió que el corazón se le encogía, no podía verlo mas así -- Iván... que pasó -- se clocó un delantal y comenzó a moverse para dejar las semillas a un lado y el abono en otro.

-- ¿De qué hablas China? -- sonrió mientras mantenía su mirada fija en los hoyos que cavaba con sus propias manos.

-- Le dolía el estomago y se sentó a mirarlo -- no es tan tarde, ven aquí... -- lo llamo con su mano y una sonrisa, cuando de pronto no pudo más y sus lagrimas se escaparon de sus ojos.

-- Yao... -- lo observo, sabía que todo le había dolido a ambos pero... pero... -- per... don... -- no tenía ni quería pensar en nada... solo se abarco a China y le abrazo con fuerza, su dolor salía a flote y sus lagrimas comenzaban a salir...

-- Sin decir nada, le acarició la cabeza, sus lagrimas sin parar de llorar, no sabía cómo apoyarle, todos esos años juzgándolo mal, no lo soportaba mas.

-- No Iván, perdóname a mi... -– Le susurro al oído, cargándose en los sacos de semillas -- Iván... no... No llores más…

-- No... Porque... porque prometí que nos veríamos... y aun así... no fui capaz de acercarme a ti... ni siquiera durante la guerra... -- sus lágrimas comenzaban a detenerse -- estoy tan solo desde que deje de verte... cada día más solo...

-- Iván, ya... no llores, ya pasó, está bien, yo... también tuve una guerra... -- sonrió un poco, sin embargo sus ojos aun inundaos en lagrimas. -- Ya no importa Rusia.

-- Yao... no volveré a alejarme de tu lado... no lo hare... -- tomo su rostro y seco las lagrimas de la nación, sonrió suavemente y beso sus labios, como había deseado hacerlo todos esos largos años.

-- Iván... -- su sonrojo era notorio, pero estaba feliz, le sonrió y pesco su bufanda, como siempre lo hacía para besarle en los labios.

~Fin~ n_n

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